El ser humano es el único ente capaz de poder llegar a un proceso
tan complejo como el razonamiento, pero tiene sus acepciones y esas acepciones
van acompañado con algo que empaña el razonamiento y ese algo se laman
emociones. Para poder abordar este temas tenemos que las emociones no son solo
reacciones psicofisiológicas para adaptarnos a ciertos estímulos, también
tienen un papel importante en la toma de decisiones, por ejemplo la hipótesis
del marcador somático. Ésta dice que, cuando tenemos que tomar una decisión,
nuestro cerebro analiza las experiencias vividas, e intereses provocando en
nuestro organismo reacciones somáticas que se traducen en experimentar un
estado emocional. Por tanto, el cerebro reacciona a la emoción experimentada y
eso le permite tomar decisiones de forma eficaz, de otro lado tenemos que la
razón no dispone de la capacidad de responder de forma rápida y efectiva en un
periodo corto de tiempo cuando existen muchas posibilidades. La razón necesita
tiempo para realizar un análisis consciente de todas las ventajas e
inconvenientes, para calcular consecuencias y finalmente elegir. Habitualmente,
no tenemos tiempo y las decisiones se deben tomar casi en segundos y es el
marcador somático el que teniendo en cuenta las conductas sociales, inhibiendo
la tendencia a buscar el refuerzo inmediato y analizando todas las
consecuencias a través de la memoria busca la decisión más eficaz en décimas de
segundo. No siempre la decisión que tomamos primero es la correcta pero se debe
de tomar en cuenta que esa respuesta fue dada en base a toda nuestra
experiencia y conocimiento adquirido, esto es un mecanismo de defensa que
solamente nos sugiere una solución que como mencione antes no siempre va a ser
la mas viable.
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